Refugio Ecoturístico Villa Clarita en Barichara

Barichara, reconocido por sus calles empedradas y sus imponentes tonos de tierra que varían desde el cálido terracota hasta el ocre, es un pueblo que transmite una energía única. Este pueblo, con su arquitectura tradicional en tapia pisada, bahareque y pañete, refleja la armonía entre el ser humano y la naturaleza por la bioarquitectura, que utiliza materiales naturales de la región. La vibrante paleta de colores que define a Barichara, con sus puertas y ventanas en madera marrones, azules y verdes de las casas tradicionales, contrastan con sus paredes blancas, tejas y pisos hechos del barro, tapias en tierra y calles en piedra, creando un efecto visual, lleno de vida, luz y frescura.

Estas puertas, abiertas al mundo, simbolizan la bienvenida cálida de los habitantes de Barichara, conocidos como patiamarillos, un nombre que honra a la tierra que los vio nacer. Los patiamarillos son conocidos por el tono dorado que la tierra tiñe en sus pies, un símbolo de su conexión con la naturaleza que los llena de orgullo, pues llevan en sus cuerpos la esencia misma de su territorio. Esta denominación no es solo un apodo, sino una metáfora de la unión profunda entre los habitantes y la tierra que les da vida. Así, el refugio no solo se inspira en la belleza física de Barichara, sino también en su energía espiritual, que invita a la reflexión y a la contemplación en cada rincón.